El simbolismo del cuerno ha sido a menudo asociado por los historiadores con la potencia sexual: el cuerno napolitano representa el falo de Príapo (dios de la prosperidad), considerado por los griegos como protector contra la mala suerte. Estas creencias también llegaron a los romanos en siglos posteriores, y los hallazgos de objetos similares en las excavaciones de Pompeya y Herculano son clara prueba de ello.