La historia de Pulcinella proviene de la famosa máscara napolitana, que encarna el humor y la vivacidad de la cultura napolitana. Originaria del siglo XIV, sus orígenes se vinculan al término "polluelo", utilizado originalmente para describir a una persona despreocupada y apática. Sin embargo, sus raíces se remontan a la antigüedad, donde la máscara simbolizaba las fuerzas de la naturaleza y representaba el mundo animal y los muertos. Desde la antigüedad, la máscara ha representado diversas actitudes folclóricas; por ejemplo, durante el período paleocristiano, era un símbolo de las fuerzas de la naturaleza, así como del mundo animal y los muertos. A finales de la Edad Media, Pulcinella adquirió una nueva dimensión, convirtiéndose en una herramienta para exorcizar jerarquías y adquiriendo una función poética, especialmente en las cortes. Los orígenes de la máscara en Nápoles se remontan a esa época, cuando Silvio Fiorillo, dramaturgo del siglo XVI, la introdujo en sus representaciones. La máscara de aquella época, una "media máscara" o "lobo" con nariz curva, rostro arrugado y ojos pequeños, difiere significativamente de la imagen actual de Pulcinella. Las transformaciones a lo largo de los siglos han dado lugar a la versión icónica de Pulcinella, caracterizada por una voz estridente y con aspecto de rebozuelo negro. Estos rasgos distintivos contribuyeron a la evolución del término "polleciniello" en el dialecto napolitano, lo que resalta la singularidad y la vibrante historia de esta fascinante máscara napolitana.